México S.A.
Carlos Vega-Fernández
El Fondo Monetario Internacional y el gobierno calderonista repiten el ejercicio denominado “democracia de a mentiritas”, también practicado por el anterior inquilino de Los Pinos, Vicente Fox, quien, al igual que su sucesor, quiso venderlo como un “reconocimiento a la importancia y el peso de la economía mexicana en la región”, a la vez que “un mayor poder” en la toma de decisiones.
Resulta que Felipe Calderón solicitó al Senado “autorizar que México aumente las cuotas que canaliza al FMI para pasar de 5 mil 138 a 5 mil 909 millones de dólares”, un incremento de 771 millones de billetes verdes, que de alguna parte han de salir en estos tiempos de estrechez presupuestal, de acuerdo con las versión oficial. Se trata, dice, de “elevar “el poder de voto de México” y lograr “más influencia en la toma de decisiones” en el seno del organismo.
En realidad, la verdadera intención queda clara en el propio cuerpo de la petición: “el incremento mejoraría las condiciones para ejercer los derechos que nos corresponden como miembro del FMI y aumentaría el acceso de nuestro país a los recursos del fondo si ello fuera necesario” (ojo: el “si ello fuera necesario” parece adelantar algunos acontecimientos).
En cualquiera de los casos es jugar a la democracia de a mentiritas, pues la realidad derrumba los supuestos beneficios para el país. Si el aumento de cuotas se concreta, México “aumentaría” su “influencia” en 0.07 puntos porcentuales (de 1.45 a 1.52 por ciento del total); si el Senado lo aprueba, el peso específico de nuestra nación a la hora de votar pasaría de 1.43 a 1.47 por ciento del total, es decir que aquello de “más influencia en la toma de decisiones” se traduce en un “avance” de 0.04 puntos. Por lo que toca al “reconocimiento a la importancia y el peso de la economía mexicana en la región”, pues queda para mejor ocasión, puesto que en el ranking 2008 del FMI (antes del estallido de la crisis) la economía mexicana ocupa el escalón número 15, cuando un lustro atrás la ubicó en el número 9.
Con esta “inversión”, de ser autorizada, de las arcas nacionales habrían salido con rumbo al FMI alrededor de mil 600 millones de dólares entre septiembre de 2006 y noviembre de 2008, dineros con los que en ese lapso México habría “aumentado” su poder de voto, en el seno del organismo y en números cerrados, de 1.2 a 1.5 por ciento del total, o lo que es lo mismo 0.3 puntos porcentuales, a razón de 534 millones de billetes verdes por décima de punto. Qué “poder” tan poderoso.
El FMI requiere de dinero fresco: a cambio de oro, ofrece el espejito de “más poder de voto” y “mayor reconocimiento”. Y algunos palurdos, urgidos de “reconocimiento” caen en el garlito. Ya el gobierno de Vicente Fox destinó, en septiembre de 2006, alrededor de 836 millones de dólares para el mismo fin, canalizados a un organismo al que lo menos que le interesa es “democratizar” algo.
Así, la avanzada “democratización” en el FMI indica lo siguiente: Estados Unidos concentra casi el 17 por ciento del poder total de voto; el resto de las naciones integrantes del G-7 (Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá) acaparan en conjunto el 27.7 por ciento, y si se le suma Rusia (G-8) el 30.39 por ciento, para sumar, con Estados Unidos, 47.39 por ciento del total. México, que no pertenece al G-7 ni al G-8, llegaría a 1.5 por ciento.
El Fondo Monetario Internacional asegura que “a cada país miembro se le asigna una cuota basada en el tamaño de la economía del país en relación con la economía mundial, que determina su contribución máxima a los recursos financieros de la institución”. Si lo anterior fuera correcto, el organismo debería reducirle la cuota a México, pues su economía cayó seis escalones, y contando, en el ranking mundial a lo largo de un lustro.
El poderío económico de China también desmiente lo dicho por el FMI. En 2008, según la clasificación del propio organismo financiero, el país asiático ocupa la tercera posición a nivel internacional, y su poder de voto tan sólo representa 3.66 por ciento del total. En cambio, economías como la alemana y la francesa, que ocupan el cuarto y sexto escalones, concentran 5.88 y 4.86 por ciento, respectivamente, del poder de voto. La canadiense, novena en el orden al bat, tiene 2.89 por ciento de dicho poder, y su tamaño equivale a 40 por ciento de la economía china. Arabia Saudita ocupa el escalón número 25, pero su poder de voto concentra 3.16 por ciento del total.
El próximo sábado arranca en Estados Unidos la cumbre del G-20 para “encontrar soluciones” a la crisis. El aún inquilino de la Casa Blanca, con los calzones destrozados, se da el lujo de decir qué sí y qué no. Será cuestión de que los demás participantes actúen inteligentemente, porque al texano no le puede pedir ese exceso. Lo cierto es que las naciones que integran el G-20 (G-7, más Rusia, los “países emergentes más destacados” y la representación de la Unión Europea) concentran 65.03 por ciento del poder de voto en el seno del FMI. Pero la democracia de a mentiritas nos ubica: aquellos participantes que no pertenecen al circuito divino (Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, China, India, Indonesia, México, Corea del Sur, Sudáfrica y Turquía) apenas reúnen el 17.64 por ciento de ese poder de voto. ¿Quién tomará las decisiones en la cumbre del G-20? No se esfuerce mucho.
Las rebanadas del pastel
Qué bien, pero faltan recursos: “es bueno que la UNAM y el IPN hayan tenido aumentos en el presupuesto 2009, pero ¿qué hay del resto de las universidades? Entre el IPN, incluyendo al Cinvestav, y la UNAM se produce 50 por ciento, o más, de la investigación en México, por lo que la otra mitad no es despreciable. Fuera de la UNAM, el IPN, y Cinvestav, el resto de las instituciones de investigación (que son 27) están agrupadas bajo el Conacyt, institución que resultó con un recorte presupuestal. Festejo a medias, porque (nota de La Jornada) ‘también se ajustó a la baja el gasto del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología en 51 millones de pesos, por lo que se le autorizaron recursos por 15 mil 474 millones 700 mil pesos’. Festejo a medias” (doctor Edmundo A. Gutiérrez, INAOE, Departamento de Electrónica, Puebla, edmundo@inaoep.mx)... Un solidario abrazo para los Taibo, por el lamentable fallecimiento del Paco mayor… Terriblemente patéticos, cursis y manipuladores los mensajes “anticrisis” y “de aliento” que transmite Televisa. La fábrica de sueños suele ser más creativa que eso…
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