Friday, July 8, 2011

Calderón frente a Gordillo

Felipe Calderón ha respondido al escándalo desatado con motivo de las declaraciones de Gordillo, primero, y de Yunes, después. Pero lo ha hecho de manera contradictoria. Sostiene que el ISSSTE no es patrimonio de nadie más que de los trabajadores pero admite que le entregó la dirección del mismo a una persona propuesta por Gordillo mediante un acuerdo político, como si se hubiera tratado de cualquier otra posición de gobierno.

En efecto, el ISSSTE siempre se ha manejado como una secretaría de Estado sin admitir que se trata de una institución sostenida con contribuciones personales de los trabajadores y que tiene tareas definidas exactamente por las leyes. Sin embargo, Calderón ha manejado al ISSSTE como siempre, viéndolo como una posición política más.

El problema es aún mayor cuando la institución de seguridad social de los trabajadores del Estado es entregada a un grupo mafioso, es decir, que tiene intereses muy bien definidos y una manera propia y exclusiva de hacerlos valer, a cambio de favores recibidos, los cuales, además, no fueron anunciados por los pactantes.

Los favores consistieron en arrimar votos a favor de Calderón, pero no sólo del Panal (partido instrumental de esa mafia) sino del PRI, de manera soterrada, o sea, de espaldas a la ciudadanía en pleno proceso electoral. Así, Calderón pactó en secreto una operación entregando en prenda una institución de los trabajadores del Estado.

Y tan ha sido así que el escándalo desatado por Gordillo y Yunes no quedará en nada porque esa clase de acuerdos tiene el sello de la impunidad. Sí, no sólo se otorgan posiciones, sino que se garantiza el libre uso institucional de las mismas.

Calderón reconoce el acuerdo concreto con Gordillo aunque lo ubica después de las elecciones de 2006, cuando en realidad fue asumido desde antes. Luego se contradice y afirma que las posiciones dadas a Gordillo venían de anteriores gobiernos y él sólo las respetó. Mas lo peor es que todo lo reivindica abiertamente, con lo cual proclama que está muy bien que el ISSSTE siga siendo lo que antes fue para los políticos: un bien subastable, un instrumento de negociación a costa de los derechohabientes, un lugar privilegiado de corrupción e impunidad.

El entonces director general del ISSSTE admite que viajó a San Diego citado por Gordillo para tratar asuntos relacionados con su cargo. Y aún así, Yunes niega que Gordillo hubiera sido su jefa. ¿Calderón estuvo al tanto de esa reunión y del requerimiento monetario mensual de Gordillo?

Yunes se incrimina al admitir que recibió del SNTE diez millones en efectivo para su campaña en Veracruz. Se los haya entregado o no al Panal, ahí hay un probable delito para ser investigado por el Ministerio Público y una transgresión de la ley electoral que debería ser sancionada por el IFE.

En el fondo de todo este escándalo momentáneo se encuentra algo que se ha hecho permanente: el control del mayor sindicato del país por parte de una mafia. Ese coto de origen priista ha sido mantenido por los sucesivos gobiernos del PAN y, más aún, se le ha fortalecido a un precio cada vez más alto. De esto no responde Calderón más que a través de sus propios actos y omisiones.

Pablo Gómez
Milenio







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