Friday, October 14, 2011

Calderón y el Movimiento de Sicilia, un Segundo Encuentro Anticlimático


No hubo besos mutuos, tampoco llantos. Nadie lanzó promesas sino reclamos muy firmes. Y en esta ocasión, Felipe Calderón no pidió disculpa ni perdón a las víctimas. Al contrario, reiteró que entre su gobierno y el movimiento encabezado por Javier Sicilia hay una gran discrepancia: él cree a pie juntillas que la militarización y la estrategia de combate violento a la violencia de los delincuentes es lo adecuado. Tres meses después del primer encuentro entre las víctimas y los integrantes del gobierno federal, encabezado por el propio Felipe Calderón, los saldos del diálogo no fueron muy fructíferos y eso se observó en los discursos teletransmitidos en vivo por Milenio TV, por Canal Once y por buena parte de las cadenas radiofónicas.



Desde el 23 de junio a la fecha, los indicios de violencia son mayores y fueron mencionados en el Castillo de Chapultepec: a los más de 50 mil muertos se sumaron hasta este 14 de octubre los muertos de la ola de enfrentamientos en la Laguna de Coahuila y Durango (incluyendo el atentado en el estadio de Torreón), el incendio del casino Royale, en Monterrey, y los hallazgos macabros del puerto de Veracruz. El propio movimiento registró a su primera víctima, Pedro Leyva, en Ostula, Michoacán.

A los 50 mil muertos se han sumado los 60 mil desaparecidos, los 120 mil desplazados, según las cifras aportadas por el propio Sicilia. Además, una situación cada vez más violenta en comunidades indígenas como en Cherán, Michoacán, o el territorio de Wirikuta, en Guerrero.

El único avance, duramente criticado por Sicilia, fue la creación de la Procuraduría Social de Atención a las Víctimas. Sicilia insistió en que este organismo tiene “serias deficiencias”, carece de presupuesto y no se enfoca a las víctimas de la violencia.

Sicilia no quitó el dedo del renglón: es necesaria una Comisión de la Verdad (demanda que sólo recibió el silencio del presidente de la República), una Ley de Seguridad Nacional distinta a la que se discute en el Congreso y desmantelar “una institución corrompida” como el Instituto Nacional de Migración.

“Serían peores los saldos si no hubiéramos intervenido”, insistió Calderón en la parte medular de su monólogo frente a los reiterados reclamos y críticas a su estrategia que pronunciaron Emilio Alvarez Icaza, Clara Jusidman, Miguel Concha, Aracely Rodríguez Nava y el propio Javier Sicilia

Para Calderón la historia se remite al “enfrentamiento por las plazas” entre El Chapo Guzmán y el cártel de los Carrillo, en caso de Ciudad Juárez; o de los Zetas y el cártel del Golfo en Nuevo León, Coahuila y Veracruz, pero rechazó como dogma de fe la insistencia en militarizar las policías y la lucha contra el narcotráfico aunque eso, lejos de disminuir el enfrentamiento de los cárteles, se ha agravado.

“Seguridad, no series televisivas”

Desde el inicio del diálogo Aracely Rodríguez Nava, madre de una víctima del crimen organizado, le demandó a Calderón que lo que se requiere en este país es “seguridad y no series televisivas”. El reproche iba dirigido a las millonarias teleseries patrocinadas por la Secretaría de Seguridad Pública o por la Secretaría de la Marina.

Genaro García Luna, titular de la SSP, ni siquiera miró a la declarante. Revisaba sus papeles.

“Lamentamos la resistencia del gobierno al cambio”, señaló Emilio Alvarez Icaza, ex ombudsman del Distrito Federal que ha acompañado al movimiento de las víctimas.

Su primera intervención fue un reproche explícito a la Secretaría de Gobernación por la falta de respuesta a las demandas de diálogo y el incumplimiento con lo acordado tres meses atrás.

Blake Mora justificó la dilación del encuentro a la “falta de claridad en los enlaces” entre el gobierno federal y los representantes del movimiento. También le reprochó la suspensión del diálogo a raíz de la discusión de la Ley de Seguridad Nacional en la Cámara de Diputados.

La única de las participantes que insistió en la necesidad de modificar la concentración de los medios electrónicos fue Clara Jusidman. La promotora de decenas de organizaciones ciudadanas demandó una tercera cadena de televisión y una reforma integral en esta materia.

En su respuesta, Calderón dijo que coincide con la necesidad de mayor diversidad tanto en empresas privadas como públicas, pero no hubo ningún compromiso sobre la licitación de una tercera cadena de televisión digital. Defendió su decreto de creación del Organismo Público de Medios Audiovisuales (OPMA), que administra ahora los permisos de Canal Once y Canal 22.

A Jusidman, Calderón le reprochó que criticara a su gobierno como autoritario. “¿Cuándo un gobierno ha hecho esto, de dialogar directamente?”, preguntó en tono airado el primer mandatario.

Movilización el 31 de octubre

Javier Sicilia, quien leyó al medio día un texto duro, donde reiteró las complicidades entre el gobierno y la criminalidad, aprovechó la visibilidad del encuentro en el Castillo de Chapultepec para convocar a una movilización el 31 de octubre en todos los espacios públicos como plazas, cementerios, parroquias “que nos han quitado la delincuencia para recordar a nuestros muertos”.

“Salgamos esa noche a nombrar a nuestros muertos”.

Quizá con esta frase, Sicilia dio por clausurada la posibilidad de que en este segundo encuentro surgieran los acuerdos que respondan a las demandas de las víctimas.

A las 13 horas se decretó un receso. El anticlimático encuentro provocó que el propio Sicilia le cediera su lugar a Norma Ledezma, de Ciudad Juárez, lo que orilló a un reproche del secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, quien le dijo que eso “no estaba en los acuerdos”.

“Bueno, cuál es el problema de que esté Norma Ledezma si yo quiero que me represente”, le reviró Sicilia. Ya no hubo besos, abrazos ni tono cálido.


Sicilia en su segundo encuentro con Felipe Calderón 
 en el Castillo de Chapultepec. Fuente: Milenio TV.

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