Además de generar cuantiosos gastos a la nación, los 32 senadores de primera minoría y los 32 de representación proporcional carecen de identidad con el pueblo por ser impuestos en sus partidos y saltar de una cámara a otra. Son cirqueros del poder y eso incide en el magro trabajo legislativo.
Quedó en el olvido la historia de que los mejores prospectos estuvieran representados en la Cámara Baja. Hoy los dirigentes o “dueños” de cada organización se anotan en los primeros lugares de las listas plurinominales para asegurar cómodos escaños y cobrar elevados sueldos y prestaciones. La familia en el poder aprovecha esa prerrogativa a fin de disfrutar el fuero. Ahí está en primer lugar de la lista del PAN para el Senado: Ernesto Cordero, principal golpeador de Josefina Vázquez Mota durante la contienda blanquiazul. ¿Va a esa Cámara a dar clases de finanzas?
Luego figura Mariana Gómez del Campo, prima de doña Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón. Mariana es asambleísta y primero se colgó del brazo de Alonso Lujambio, después del de Cordero y al final se inclinó ante Josefina. Llegará a la Cámara Alta a hacer lo que sabe: gritonear.
No podía faltar Luisa María Calderón, hermana del presidente. En Michoacán gastó fortunas en su campaña y fue derrotada, pese al michoacanazo previo a los comicios. En el Senado seguirá hablando de narcotráfico.
Con todo y estar enfermo de cáncer, Alonso Lujambio también figura en lugar preponderante y allá, a mitad de la lista, aparecen el perdedor del Edomex, Luis Felipe Bravo Mena, y el ex coordinador de diputados, Héctor Larios. Así es el reparto democrático.
A causa de imposiciones para favorecer a individuos corruptos, en el PAN se multiplican los reclamos. En Nuevo León se generaliza la protesta porque fue puesto en primer lugar al alcalde Fernando Larrazabal, quien favoreció al dueño del casino Royale, incendiado por el hampa con saldo de 52 muertos. Raúl García, también ubicado en la corrupción, figura en la lista senatorial regiomontana.
El diputado Javier Corral demandó la anulación del proceso interno de Chihuahua porque Carlos Berruel y Cruz Pérez se dedicaron a la compra de votos, acarreos y otras triquiñuelas. Es el PAN de hoy. E igual sucederá con las plurinominales del PRI y partidos de izquierda, las cuales están por ser definidas.
EL SISTEMA plural mexicano fue revitalizado, o eso se intentó con la reforma de Reyes Heroles en 1977, a fin de honrar la presencia de partidos pequeños en la Cámara de Diputados y hacer justicia a quienes perdían con pocos votos.
Es excesivo el número de 500 diputados. Debido a ello estallan escándalos constantes y se dificulta la concreción de acuerdos. En montón ocupan el presídium para escandalizar y los proyectos de ley siguen encajonados.
Estados Unidos, con 308 millones de habitantes, según el censo de 2010, sólo requiere de 435 representantes, —así llaman a sus diputados— y 100 senadores. México, nación de absurdos y 106 millones de habitantes, gasta cuantiosas sumas en sueldos y prestaciones de 500 diputados y 128 senadores. Si al menos sirvieran todos a la nación…
Algunos legisladores, en primer término Manlio Fabio Beltrones y Porfirio Muñoz Ledo, se han esmerado porque sea aprobada la reforma política, que contempla el adelgazamiento del Congreso, pero se opone la mayoría porque, arguye, per`erían representación los partidos minoritarios.
Los capitostes de partiditos exigen que prevalezca la situación actual y con ello propician los brincos de una Cámara a otra. Algunos han sido dos veces senadores y dos veces diputados y se la pasan felices, en el griterío insolente del Congreso.
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EL UNIVERSAL
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